10:15 a.m. quedada puntual en el parking del colegio para poner rumbo a lo que sería un gran día. Otros más avanzados quedarían directamente a las 12:oo hrs en el Alcázar de Segovia. Valientes ignorantes todos que no sabíamos las escaleras que nos esperaban. Pero, bueno, el cansancio mereció la pena.
Nada más llegar, nos reagrupamos los 180 (sí, 180) para escuchar avisos. Después, nos repartieron unas pegatinas de colores con las que nos diferenciamos en 4 grupos para la visita al Alcázar. Un dato interesante y no muy conocido es que Walt Disney se inspiró en él para dibujar el castillo de Blancanieves.
Al acabar la visita, bajamos las famosas escaleras para comer en el parque de la Fuencisla. Los más novatos llevaban bocadillo, Coca-Cola y unos Doritos rancios. Las familias, expertas en el asunto, traían sus neveras y equipación de picnic al más alto nivel. Incluían hogazas de todas las panaderías de Madrid, grandes tortillas de patata para alimentar a un regimiento, empanadas de todos los colores y hasta ensaladas hechas al momento. Siempre es un acierto pegarse a las familias; gracias a ellos muchos no murieron de hambre.
“aunque, aparentemente, vayamos solos, la Congre es una gran familia”
Con la tripa bien llena, Martiña y Helen explicaron el juego del “Pistolero”. Juego con el que todos acabarían sabiendo los nombres desde el más mayor hasta el más pequeño. Los más competitivos llegarían al final para jugarse el tipo en un duelo. Para los más pequeños, el juego más divertido fue el mítico “Pañuelo” en el que todos se las ingeniaron para hacer grandes peripecias y llevar a su equipo a la victoria.
Como grandes amantes de María, se rezó el Rosario en grupo. Cada misterio repartido entre miembros de diferentes reuniones.
Como no podía ser de otra manera, el padre Paco celebró Misa. Una Misa en la que hubo tiempo para acordarse de todos los que faltaban y en la que se recordó la importancia de la unidad de la Congre. Como alguno decía: “vivir la plenitud del Señor en familia”, en la Congregación Mariana. Estaba prevista la visita a la tumba de San Juan de la Cruz pero debido a un pequeño contratiempo, no pudo ser.
Hoy, mirando para atrás, podemos volver a dar gracias a la Virgen por querernos miembros de esta GRAN familia. Por este gran día en el que todos peregrinamos juntos hasta Ella.