¡Los Montañeros Mater Salvatoris también hemos empezado a lo grande el año! Con grandes propósitos de superación, compañerismo y santidad nos dirigimos a las más altas cimas encomendando este nuevo año a Nuestra Madre.
La marcha de enero fue muy especial, la sierra nos traía un día completamente lleno de diversión. Amaneció completamente nevado y todos íbamos a disfrutar al máximo de la nieve, tanto niñas como jefas; las Machotas se convirtieron en un verdadero campo de batalla para todos los grupos.

Tras la guerra de nieve, todas juntas ascendimos a la Machota Mayor, nuestra cima, afrontando todo tipo de adversidades; arriba jugamos para entrar en calor. Más tarde, cantamos el himno y junto con las montañeras pequeñas en contemplación de las maravillosas vistas del Valle del Escorial hicimos el “silencio de cumbres”.


Comimos cada patrulla bien juntas para mantenernos calientes y conocernos más entre nosotras. Después de la comida y dadas las gracias, descendimos topándonos con el grupo de montañeros decididos a declararnos la guerra.
Para cerrar este magnífico día tuvimos misa todos juntos en la ladera que separa las dos Machotas, mayor y menor, en contemplación del Monasterio de El Escorial y sus alrededores. Al finalizar, descendimos hasta el pueblo de El Escorial para volver a casa, dando las gracias por el gran día que pasamos todos de la mano de la Virgen y ansiosos por coger fuerzas para la próxima excursión.

María Berenguer, pañoleta roja.
