El sábado 11 de noviembre salimos desde el colegio todos los montañeros hacia el puerto de Navacerrada, desde donde empezaríamos nuestra esperada marcha.
Antes de comenzar a andar ofrecimos el día a Jesús y a la Virgen para poder poner en sus manos todas las dificultades que nos íbamos a ir encontrando durante la marcha: el cansancio, el calor, el hambre… pero también todas las alegrías que nos esperaban en ese día.

Seguimos este ofrecimiento mientras andábamos en silencio un ratito y después de una larga caminata con miles de canciones llegamos a la cima de la Bola del Mundo, donde hicimos una parada para reponer fuerzas para el último tramo hasta Valdemartín, nuestra cima del día. Además de compartir todos los tipos de chucherías y chocolates que nos habíamos traído, también dos jefas nos explicaron las montañas en las que estábamos para poder conocer un poco mejor su situación.

Continuamos caminando y cantando con mucha energía y por fin llegamos a la cima, donde lo primero que hicimos fue cantar el himno. Luego hicimos el silencio de cumbres, donde pudimos encontrarnos con Dios a través de las maravillosas vistas que nos rodeaban. Después de comer con nuestra patrulla, jugamos a diferentes juegos donde pudimos conocer al resto de niñas y jefas, ¡nos lo pasamos fenomenal!
Por la tarde, tuvimos la reunión por patrullas donde vimos un poco en profundidad el significado de nuestro himno y también pudimos celebrar la Misa en la cima, junto con las mayores y los chicos.

Despedimos el día con un precioso atardecer mientras bajábamos, y nos subimos en los autobuses con ganas de llegar a casa y contarle a nuestras familias lo bien que nos lo habíamos pasado y lo mucho que habíamos aprendido.
¡Fue un regalo de día por el que dar muchas gracias al Señor y a la Virgen!

