El pasado sábado 16 de noviembre, el grupo de Montañeras mayores subimos a La Peñota.
Comenzamos el día rezando el ofrecimiento de obras para poner en manos de la Virgen todos los sufrimientos y alegrías del día que empezábamos y después, tuvimos un rato de silencio al principio de la subida.
A lo largo de esta, tuvimos dos paradas y después seguimos hasta llegar a la cima. Fue precioso ver cómo, desde el principio de la excursión hasta la llegada de vuelta a los buses, pudimos darnos cuenta, no solo en el silencio de cumbres, sino durante toda la excursión, de la grandeza de la creación de Dios. El paisaje nevado era impresionante !que de nieve había!, nos íbamos hundiendo si te salías del camino, fue un regalo poder disfrutar de una excursión tan bonita y divertida.
Aunque hacía un poco de frío y había mucha nieve, pudimos llegamos a la cima animándonos unas a otras. Una vez arriba, cantamos el himno, dedicándoselo a nuestra Madre María y bajamos de nuevo. Mientras bajábamos, algunas aprovechamos para tirarnos en trineo. alguna acabó calada por tirarse en la nieve y quedo como un muñeco de nieve, menos mal que íbamos bien abrigadas, hasta con ropa de esquiar alguna.
Al cabo de un rato, paramos para hacer el silencio de cumbres en una zona en la que las vistas eran preciosas y donde pudimos contemplar todo lo que Dios nos quería regalar en ese día.
Después de comer, seguimos bajando hasta que nos encontramos con los Montañeros. Allí acabamos enfrentados en una divertida guerra de bolas de nieve.
Después, recorrimos lo que nos quedaba, rezando todas juntas el Rosario y ofreciendo cada misterio por todas aquellas personas que más necesitan de nuestra oración.
Al llegar a los buses, subimos agotadas pero felices y nos fuimos al cole.
Allí tuvimos la reunión por patrullas las de 4º de la ESO y la formación las de 1º de bachillerato.
Por último, nos reunimos con todo el grupo de Montañeros y celebramos la Santa Misa en la capilla de Bachillerato. Que gusto poder ver el grupo de montañeros tan grande en la capilla, doy gracias por haber sido elegida montañera y por que siga mucho tiempo en este apostolado.
Fue una forma muy bonita de acabar el día. Ya solo nos quedaba volver a nuestras casas recordando cada momento de la excursión y con ganas de poner en práctica todo lo aprendido.
Lucía Bargaño.