El pasado 19 de Noviembre, las montañeras pequeñas realizamos nuestra segunda excursión del curso. Tanto las de 6º como las 1º de la ESO estábamos emocionadas por el gran día que nos esperaba, dispuestas a disfrutar muchísimo y a dar lo mejor de nosotras mismas como buenas montañeras.
Comenzamos a caminar desde el puerto de Navacerrada hacía Cerro Ventoso, situado en Cercedilla. De camino al puerto nos empezó a granizar, pero, por suerte, cuando bajamos del bus ya había parado. Hacia mucho frío, así que nos abrigamos e hicimos un poco de ejercicio para calentar. Antes de iniciar la excursión, formamos en patrullas e hicimos el ofrecimiento para poner el día en manos de Jesús y de la Virgen Maria. ¿Estáis preparadas?
Fuimos poco a poco cogiendo el ritmo y acostumbrándonos al frío, estaban los árboles congelados y todo lleno de nieve, con la que estuvimos jugando un buen rato. ¿No os recordó un poco a Narnia? Ahí nos dimos cuenta que el Señor nos había puesto hoy allí a cada una de nosotras, que teníamos muchísima suerte y que lo teníamos que aprovechar al máximo.
Como hacia muchísimo frío decidimos volver a los buses e ir a comer y jugar un rato a una finca en Navacerrada. Descansamos un rato antes de retomar la vuelta: cantamos el himno, tomamos un aperitivo para recargar las pilas y nos contaron un poquito desde donde habíamos salido y donde estábamos, así como la fauna y flora típica de la zona. ¡Fue muy interesante y aprendimos un montón!
Una vez que llegamos a la finca hicimos el silencio de cumbres para contemplar la grandeza del Señor y darle gracias por el día. Luego comimos en patrullas, descansamos un poco y realizamos un juego muy divertido para conocernos las unas a las otras.
Volvimos al cole sobre las cinco para tener misa en la capilla todos los montañeros juntos y recibir al Señor con mucha ilusión. Luego las pequeñas nos fuimos al patio de segundo de primaria para hacer la reunión por patrullas, donde nos hablaron un poco más sobre el grupo de montañeros.
Estuvimos jugando un rato. Nos lo pasamos muy bien, todas jugábamos con todas: nos mezclamos para hacer nuevas amigas. Tras un gran rato de juegos y risas llego el momento de la recogida y de decir adiós al gran día que habíamos tenido sin olvidar que una montañera lo es siempre y en todo lugar.
Alicia de Pablos, pañoleta azul.





